Posted by Sebastiana | Posted in ★★★★Al extremo, Revistas | Posted on jueves, marzo 11, 2010
La publicidad en las revistas es uno de esos elementos familiares, y al mismo tiempo completamente heterogéneos, poco cuestionados, pero que te informan elocuentemente qué tipo de público eres, o hacia qué grupo demográfico se dirige la publicación. Las revistas de señora, por ejemplo, cierran siempre con anuncios de zapatos o lencería, las de adolescentes con tenis o ropa juvenil y las de señores, con plumas, automóviles o tecnología.
El mundo-revista es complejo, en los puestos puedes encontrar desde cómo hacer exóticas figuras con globos, el más elegante punto de cruz, encueratrices de la peor calaña (o la mejor, hay variedá), cómo ser un verdadero emo o cómo planear un viaje. Otra fuente interminable son los consultorios, las salas de espera y los cafés, siempre tienen los más diversos títulos o temas: política, medio ambiente, sociedad, chismes, música, arqueología...
A pesar de la digitalización, la circulación de publicaciones impresas es enorme, pero lo más divertido es que muchas veces terminan en las manos más inverosímiles. ¿Nunca se han quedado con revistas extrañas que no saben ni de dónde salieron? A mí me pasa seguido. En esta ocasión le tocó la suerte de conocerme a la edición de febrero de la revista del Smithsonian. Así es, una coquetada. Al abrirla encontré artículos divertidos, información innecesaria que se va acumulando y sirve para conversaciones incómodas que nunca logran pasar por small talk... pero lo que me atrapó fueron los anuncios del final. Insertos en el artículo "The Changing Definition of African-American" , representan, en toda su gloria, el estereotipo mejor definido de la ñoñez personificada.
Para empezar, la contraportada es de cereales de fibra... ¡Necesito decir más? Mejor observen:
El mundo-revista es complejo, en los puestos puedes encontrar desde cómo hacer exóticas figuras con globos, el más elegante punto de cruz, encueratrices de la peor calaña (o la mejor, hay variedá), cómo ser un verdadero emo o cómo planear un viaje. Otra fuente interminable son los consultorios, las salas de espera y los cafés, siempre tienen los más diversos títulos o temas: política, medio ambiente, sociedad, chismes, música, arqueología...
A pesar de la digitalización, la circulación de publicaciones impresas es enorme, pero lo más divertido es que muchas veces terminan en las manos más inverosímiles. ¿Nunca se han quedado con revistas extrañas que no saben ni de dónde salieron? A mí me pasa seguido. En esta ocasión le tocó la suerte de conocerme a la edición de febrero de la revista del Smithsonian. Así es, una coquetada. Al abrirla encontré artículos divertidos, información innecesaria que se va acumulando y sirve para conversaciones incómodas que nunca logran pasar por small talk... pero lo que me atrapó fueron los anuncios del final. Insertos en el artículo "The Changing Definition of African-American" , representan, en toda su gloria, el estereotipo mejor definido de la ñoñez personificada.
Para empezar, la contraportada es de cereales de fibra... ¡Necesito decir más? Mejor observen:
Corbatas de moño, zapatos anchos, aparatos auditivos, paseitos y viajes culturales, coleccionistas, té importado, boinas, libros de historia y el gran final: ¡Feromonas! Todo lo que el geek que lleva usté dentro, y que lo hace comprar la revista del Smithsonian, necesita.
jajajaja despues de todo lo importante es que haya anunciantes, además sino hubiera de ese tipo de publicidad donde encontraría mir articulos de primera necesidad?
pff blogeando encontré este buen lugar y ese gran néctar haha el famoso curado "2 litros del de piña porfa"