Julie & Julia, Nora Ephron, 2009

Posted by Sebastiana | Posted in , | Posted on jueves, febrero 11, 2010



Cocinar es una una cosa muy extraña. Quizá no exista mito menos caracterizado como tal que la cocina, pero escúchenme bien: es un mito. Aquí no ponemos en duda (sí, ¿yo y cuántos más?) el estatuto de verdad de la actividad ni mucho menos, todo está en que la comida, más bien, la preparación de la comida o su origen son casi tan místicos como la perla (mística, por supuesto).

"Barriga llena, corazón contento", "El que come y no da, qué corazón tendrá", son sólo indicadores del papel que desempeña la comida en LA vida. Si se fijan, el bienestar del corazón se juega en la satisfacción del estómago. Y no, no estoy haciendo una apología de la gula (aunque podría, ¿por qué no!). La verdad es que todos sabemos que la anorexia no hace feliz a la gente y que la felicidad es efímera, así que un chocolate ofrece un rato de consuelo, aunque la obesidad sea la causa de los pesares. (Recuerde, querido lector, que todo lo que se diga aquí no refleja la opinión de los dueños de... ah, no, ¿cómo es la cosa? Las opiniones que aquí se presentan no son recomendaciones y toda ingesta alocada e irresponsable queda sujeta a su propio criterio.)

Regresemos a la felicidad. Cocinar no es lo mismo que comer y el grado de alegría que produce tampoco. ¿Conoce, usted, la angustia que provoca sentir que el tiempo avanza sin ofrecer un puntero, un indicador que nos recuerde que no se va en vano? ¿La conoce? Es devastadora. Saber que los días terminan como empezaron, sin nada, produce ese tipo de inseguridad que paralizándote te convence de que en comparación con los demás, el universo no es justo. Y nunca lo es, el universo y la justicia no son buenos amigos.

Julie & Julia es una extraña mezcla de esa angustia y de la satisfacción que representa no perder la perspectiva ante los grandes edificios de personalidad que erige la gente en la ilusión de que su valor como personas está representado por la cantidad de éxitos visibles y cubiertos de lentejuelas. El tema es la cocina, pero la conclusión es descubrirse a uno mismo (¡pero qué solemnidad la mía!).

Todo reto es conquistable, pero toda meta es fácil de eludir. El proceso es el que cuenta. Dos historias, una dentro de otra y de forma paralela nos cuentan el camino recorrido entre dos mujeres con éxitos indirectos, no buscados y, sin embargo, merecidos. Por un lado, escribir un libro de cocina por ocho años, por el otro, escribir un blog sobre la experiencia de aprender a cocina a través del famoso libro. La película está basada en ambas semi-autobiografías y presenta una serie de eventos que desembocan en algo simple: aprendizaje.

La diferencia entre el fracaso y el éxito no está entre la consecución de metas. Se encuentra justo en medio, no en categorizaciones superficiales. Cocinar no es sencillo, escribir, tampoco. Pero, lo más difícil no es hacer las cosas, sino encontrarle sentido, una vez que se ha perdido o cuando nunca lo tuvo. Todo pretexto es bueno para construir rascacielos o para acabar una bufanda, en especial si recordamos que todo mito es asombroso.


Comments (1)

Estupenda frase: "Todo reto es conquistable, pero toda meta es fácil de eludir" ha cambiado mi perspectiva.